Después de buscar en bases de datos médicas como PubMed, Scielo y en revistas como Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism (Revista sobre Endocrinología Clínica y Metabolismo), Journal of Obesity and Metabolism (Revista de Obesidad y Metabolismo) no he encontrado ni un solo estudio que confirme la validez de esta afirmación. Por lo que hasta la fecha podríamos decir que no hay evidencia científica para creer que bebiendo agua con zumo de limón, ya sea templada, en ayunas o como nos digan las modas de turno en internet, adelgazaremos o perderemos grasa corporal.
Sin embargo, la ingesta de agua sí que puede interferir en nuestro metabolismo, más concretamente en el metabolismo lipídico (grasas) y en la función de las mitocondrias (parte de la célula encargada de transformar los nutrientes para crear energía) como explica este artículo de 2016, pero deben realizarse más estudios en humanos ya que la mayoría de estudios llevados a cabo al respecto se centran en roedores.
Hay gente que afirma haber perdido peso gracias a esta bebida, pero puede deberse a otras razones y no ser una causa-efecto directa. Puede deberse a que han adquirido nuevos hábitos más saludables o de pérdida de peso o a que la mayor ingesta de agua provoca saciedad y por tanto la ingesta de alimentos a sido menor que la que tenían anteriormente.
En conclusión, no es el limón el que provoca estos cambios metabólicos, al menos en las cantidades o en la forma en las que se ingiere (ya que no estamos tomando la piel por ejemplo) que aportaría otras muchas propiedades como la fibra.
Pero eso no quiere decir que no se pueda beber agua con zumo de limón, de hecho es muy recomendable, ya que además de los beneficios de beber agua (hidratación) que son muchos, el limón aporta vitamina C, antioxidantes y añade sabor al agua lo cual puede ayudarnos a mantener la ingesta mínima diaria de agua recomendable.
Aquí os dejo la bibliografía que he utilizado: