Según la OMS el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH) afecta a las células del sistema inmunitario haciendo que funcionen peor o haciendo que dejen de realizar su función de protegernos. Por tanto, la infección de este virus provoca un deterioro del sistema inmunitario (inmunodeficiencia).
Las fases más avanzadas de la enfermedad en las que aparecen otras infecciones oportunistas o incluso cáncer es lo que se considera Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y puede tardar en aparecer entre 2 y 15 años.
¿Cómo se contagia el VIH?
Mediante el contacto con fluidos de personas infectadas con el virus a través de:
Vía sexual: Relaciones vaginales, orales o anales.
Vía sanguínea: Transfusiones de sangre, por compartir agujas u otros materiales punzantes como en el caso de los instrumentos utilizados en tatuajes, piercings, acupuntura, personal médico que se pinche accidentalmente con alguna aguja infectada, etc.
Vía madre-hijo: Durante el embarazo, el parto o la lactancia.
***Según el Ministerio de Sanidad el virus no se transmite a través de las lágrimas ni la saliva, es decir, no se transmite a través de los besos. Tampoco en el uso de WC o duchas públicos, los estornudos o por compartir platos vasos o cubiertos.
¿Y los síntomas?
Pueden tardar varias semanas e incluso años en aparecer tras contraer el virus, y cuando aparecen simulan a los de la gripe: fiebre, dolor de cabeza o dolor de garganta. También puede darse dolor en las articulaciones y los músculos, cansancio, pérdida de peso… Pero cuanto mayor sea el período sin dar la cara peor, ya que mayor será el tiempo que el virus se estará reproduciendo sin recibir tratamiento.
Después dependerá de las infecciones oportunistas o de si la persona desarrolla cáncer.
¿En qué consiste el tratamiento?
Una vez se desarrolla el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida el tratamiento dependerá del estado de salud de la persona y las infecciones que haya podido desarrollar. Pero para el virus el tratamiento consiste en una combinación de medicamentos llamados antiretrovirales que disminuyen, aunque no eliminan, la cantidad de virus en el organismo. Esto hace que nuestro sistema inmune pueda recuperarse ligeramente y facilita que la persona con VIH pueda luchar contra las infecciones.
¿Cómo lo prevenimos entonces?
Manteniendo relaciones sexuales seguras utilizando preservativo.
Lo ideal es no inyectarse drogas, pero si es el caso NUNCA compartir jeringas y por supuesto en el caso de tatuajes y piercings asegurarnos de que las agujas son estériles, es decir, que saquen la aguja de su envoltorio delante de nosotros.
Si crees que te han podido contagiar el virus acudir cuanto antes a tu centro médico para realizarte las pruebas.
En la población general aún existe mucho miedo y rechazo a la población que sufre VIH, por eso aquí os dejo algunas formas de contacto que NO transmiten el virus:
Dar la mano, abrazos, besos, contacto con piel (sin heridas abiertas), estornudos, compartir toallas, utilizar el mismo wc o boca a boca (resucitación pulmonar).
Gracias a los avances en el tratamiento las personas con VIH cada vez tienen más esperanza y calidad de vida.
Me gustaría terminar este post mencionando que, ahora que ya sabemos un poquito más sobre este virus y el SIDA, creo que tenemos suficientes razones para saber que podemos convivir perfectamente con personas infectadas. Cualquiera de nosotros puede contagiarse de esta enfermedad si no tenemos cuidado, no es exclusiva de personas con problemas de drogadicción o del colectivo LGTB. Cualquier persona heterosexual puede contagiarse si mantiene relaciones sin protección con gente a la que no conoce.
Las personas que padecen este síndrome lo último que necesitan es que se las juzgue, culpe y se les trate como apestados.
El miedo procede muchas veces del desconocimiento, y ahora que conocemos la enfermedad ¿por qué no le perdemos el miedo? :)
Aquí os dejo los links de los que he consultado la información: