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Turnos ¿Afectan a tu salud?

La respuesta es sí, y mucho. Profesionales del sueño, psicólogos o psiquiatras podrían explicarnos más sobre cómo afecta a nuestros horarios y calidad del sueño y a nuestro comportamiento. Pero en esta ocasión nos centraremos en el metabolismo.

Nuestro organismo está regulado por lo que llamamos 'Ritmos circadianos', que son ciclos de 24h sincronizados principalmente en una región del cerebro llamada hipotálamo. Lo que llamaríamos nuestro reloj interno. Este 'reloj' regula la mayoría de sistemas fisiológicos del organismo: nuestros ciclos de sueño, la temperatura corporal, el nivel de actividad, la digestión, el metabolismo, los niveles de inflamación, la presión arterial, las funciones cerebrales e incluso el humor.

¿Nunca has oido esas historias de hospital en las que los infartos al corazón ocurren más al amanecer? Es cierto, y se debe a que los niveles de la hormona cortisol suben por la mañana.

Y... ¿te pasa que en invierno "te entra sueño" en horas más tempranas que en verano? Se debe a la melatonina, la hormona del sueño, que se regula por los niveles de luz. Cuando la luz que llega a los ojos disminuye, los niveles de melatonina suben.

Además de en el hipotálamo, este 'reloj' está distribuído por todo el organismo (músculos, tejido graso, hígado, páncreas, estómago, intestinos e incluso el corazón) incluyendo el sistema endocrino (hormonas).

-Digestión:

  • Tanto en el estómago como en el intestino, la capacidad mecánica (movimiento) disminuye durante la noche.

  • La segregación de enzimas implicadas en la digestión, procedentes de la saliva, del estómago, de la bilis (hígado), de los jugos pancreáticos y del intestino también disminuyen por la noche.

*Enzimas: Moléculas (proteínas) encargadas de romper los nutrientes para facilitar su absorción.

-Absorción: También en el intestino la capacidad de absorción de los nutrientes procedentes de la digestión se reduce conforme se va haciendo de noche.

-Saciedad: Las hormonas relacionadas con la sensación de saciedad, y que por tanto influyen en nuestros hábitos alimentarios como la leptina y la ghrelina también varían sus niveles en sangre según el momento del día en que nos encontremos.

*Leptina: Hormona que disminuye el apetito.

*Ghrelina: Hormona que aumenta el apetito.

-Metabolismo:

  • En el metabolismo de los hidratos de carbono: Regula la respuesta de la glucosa a la insulina y la acumulación de glucosa en el organismo (en forma de glucógeno), lo que favorece ésta que aumente en sangre.

  • En el metabolismo de las grasas: Durante la noche aumentan los triglicéridos en sangre.

PROBLEMAS QUE SURGEN AL ALTERAR LOS RITMOS CIRCADIANOS

  • Estos ciclos están regulados por nuestro ADN, es decir, genéticamente. Por ello, las alteraciones que provocamos a nivel genético en los ritmos circadianos cuando estamos expuestos a constantes cambios en nuestros hábitos (turnos de trabajo, horarios de sueño y de comida) incrementan el riesgo de padecer cáncer.

  • Si se alteran los ritmos circadianos que se encuentran en el páncreas disminuye la liberación de insulina a la vez que aumenta la resistencia a la insulina (y por tanto el riesgo de padecer diabetes).

  • En el caso de los tejidos grasos en nuestro cuerpo, al verse alterado su metabolismo y regulación, aumenta el riesgo de padecer obesidad.

  • Se altera el centro de regulación del apetito (en el Sistema Nervioso Central) y por tanto la liberación de hormonas que influyen en él, lo que provoca que aumente la ingesta.

  • En cuanto a las grasas, se ve alterada su forma normal de movilización en el organismo (como se distribuye la grasa en el cuerpo. Aumenta también el riesgo de padecer dislipidemia (niveles altos de colesterol, triglicéridos o ambos).

  • Debido a las conscuencias que tiene en el metabolismo de azúcares y grasas aumenta el riesgo de sindrome metabólico (hipertensión arterial, glucosa en sangre elevada, triglicéridos elevados en sangre, niveles sanguíneos bajos de colesterol "bueno" HDL, exceso de grasa alrededor de la cintura).

CONCLUSIONES:

-Cambiar nuestros hábitos de manera que nuestro plato principal sea la cena promueve que aumente el peso y el porcentaje de grasa corporal.

-Trabajar de noche o cambiando turnos provoca alteraciones en los ritmos circadianos y por tanto, en la digestión y metabolismo (entre otros). Además altera las hormonas relacionadas con el apetito, la segregación de insulina (y otras muchas hormonas) y la resistencia de las células a ésta última. Todo ello implica un mayor riesgo de padecer obasidad, diabetes, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares.

-En nuestro ADN se regulan los ritmos circadianos (no somos animales nocturnos) y por tanto cambios de horarios afectan a nuestro ADN y con ello aumenta el riesgo de cáncer.

Por todo ello, es muy importante hacerse un chequeo médico si vamos a sufrir un cambio así en nuestra vida laboral o personal (jet lag, cuidado de personas dependientes o familiares que requieran vigilancia por la noche) antes y periódicamente mientras se mantengan esos horarios.

Bibliografía:

https://physoc.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1113/expphysiol.2014.078295

https://link.springer.com/chapter/10.1007%2F978-3-319-48382-5_2

https://sci-hub.tw/10.1016/j.physbeh.2014.01.001

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